ETA Y LA CONTINUIDAD DE LA TREGUA.
ETA reconoce que «la hoja de ruta» tras el anuncio de la tregua ha fracasado
ETA reconoce, en un documento interno en el que recoge las conclusiones del debate interno que ha celebrado desde marzo del año pasado, que la «hoja de ruta» que había establecido en las negociaciones (con nacionalistas y socialistas) para el «proceso» «no ha logrado imponerse». Es decir, los terroristas admiten su fracaso y señalan que ello ha dado margen al Gobierno, al PP, al PSOE y al PNV para «desfigurar» lo que los pistoleros habían planeado. El llamado «proceso», negociado en secreto, culminó en la Conferencia Internacional, celebrada en octubre de 2011, en el Palacio de Ayete de San Sebastián, poco antes de que ETA hiciera pública su declaración de supuesto «cese armado definitivo». En las conclusiones de dicha Conferencia se pedía algo que la banda ha venido exigiendo desde entonces: el establecimiento de conversaciones con los gobiernos de España y Francia para abordar las «consecuencias del conflicto».
Las conclusiones del debate, tal y como adelantó LA RAZÓN, todavía están siendo sometidas a votación entre los militantes de la banda, pese a que, en teoría, debía haber concluido a finales de año. Según informó ayer Vasco Press, que difundió el documento etarra, el retraso se debe, entre otras razones, a las pocas aportaciones que se habían recibido. Ante esta circunstancia, las conclusiones se han modificado en el sentido de introducir que en ETA existe «mucha preocupación y dudas respecto a la situación política y la apuesta». Expertos antiterroristas, consultados por este periódico, han señalado que la situación que describe el documento es muy preocupante, ya que los pistoleros, al reconocer que su estrategia ha fracasado, pueden optar por la vuelta a los atentados.
En el referido documento se realiza una velada crítica a las organizaciones de la «izquierda abertzale» (Bildu, Amaiur y Sortu) ya que, según dice, «los agentes y la mayoría favorable a la solución no han logrado convertirse en protagonistas activos del proceso y, en lugar de influir en la situación, la mayoría han adoptado el papel de espectadores». Estas afirmaciones también han sido añadidas durante el debate interno ya que no figuraban en la ponencia básica que se distribuyó entre los miembros de la organización criminal en la primavera del pasado año, lo que también se considera como un elemento negativo, según los mencionados expertos.
La banda reconoce que se han realizado «importantes movilizaciones de masas», pero considera que «la adhesión social y la activación popular que el proceso necesita no han sido lo suficientemente permanentes, tanto a favor de la solución global como en relación a la repatriación de los presos políticos y refugiados vascos». Asegura que «todavía siguen existiendo diferentes formas de entender la apuesta» política realizada, y que esa situación «genera dudas» y dificulta «el camino para unir y liberar todas nuestras fuerzas». El debate en las filas de ETA se inició el pasado año para decidir si se ratificaba o no el anuncio de abandono definitivo del terrorismo realizado el 20 de octubre de 2011. La dirección de la banda elaboró un documento titulado «Informe básico», fechado en el mes de marzo de 2012. El calendario inicial contemplaba el reparto del documento durante abril y mayo para que después los miembros de la banda presentaran sus propuestas y así elaborar un nuevo texto que se distribuiría entre septiembre y diciembre de 2012, y se votaría en los dos meses siguientes. Todo el calendario previsto por la cúpula se ha ido retrasando.
Futuro incierto y preocupante
Las conclusiones del debate, tal y como adelantó LA RAZÓN, todavía están siendo sometidas a votación entre los militantes de la banda, pese a que, en teoría, debía haber concluido a finales de año. Según informó ayer Vasco Press, que difundió el documento etarra, el retraso se debe, entre otras razones, a las pocas aportaciones que se habían recibido. Ante esta circunstancia, las conclusiones se han modificado en el sentido de introducir que en ETA existe «mucha preocupación y dudas respecto a la situación política y la apuesta». Expertos antiterroristas, consultados por este periódico, han señalado que la situación que describe el documento es muy preocupante, ya que los pistoleros, al reconocer que su estrategia ha fracasado, pueden optar por la vuelta a los atentados.
En el referido documento se realiza una velada crítica a las organizaciones de la «izquierda abertzale» (Bildu, Amaiur y Sortu) ya que, según dice, «los agentes y la mayoría favorable a la solución no han logrado convertirse en protagonistas activos del proceso y, en lugar de influir en la situación, la mayoría han adoptado el papel de espectadores». Estas afirmaciones también han sido añadidas durante el debate interno ya que no figuraban en la ponencia básica que se distribuyó entre los miembros de la organización criminal en la primavera del pasado año, lo que también se considera como un elemento negativo, según los mencionados expertos.
La banda reconoce que se han realizado «importantes movilizaciones de masas», pero considera que «la adhesión social y la activación popular que el proceso necesita no han sido lo suficientemente permanentes, tanto a favor de la solución global como en relación a la repatriación de los presos políticos y refugiados vascos». Asegura que «todavía siguen existiendo diferentes formas de entender la apuesta» política realizada, y que esa situación «genera dudas» y dificulta «el camino para unir y liberar todas nuestras fuerzas». El debate en las filas de ETA se inició el pasado año para decidir si se ratificaba o no el anuncio de abandono definitivo del terrorismo realizado el 20 de octubre de 2011. La dirección de la banda elaboró un documento titulado «Informe básico», fechado en el mes de marzo de 2012. El calendario inicial contemplaba el reparto del documento durante abril y mayo para que después los miembros de la banda presentaran sus propuestas y así elaborar un nuevo texto que se distribuiría entre septiembre y diciembre de 2012, y se votaría en los dos meses siguientes. Todo el calendario previsto por la cúpula se ha ido retrasando.
Futuro incierto y preocupante
El documento interno de ETA viene a confirmar lo que LA RAZÓN ha venido publicando este último año y medio, cuando ETA hizo el anuncio, condicionado, de «cese definitivo». Dejaba abierta la «confrontación armada», que sólo se podía cerrar si se les daba lo que exigían en una negociación. Tras el anuncio de los terroristas, fueron muchas las voces las que se lanzaron a dar a ETA por enterrada. Mientras, la banda, en cada comunicado, exigía lo que consideraba que era suyo (porque alguien se lo había prometido). La realidad que se plantea ahora es incierta y preocupante sobre que ETA pueda mantener la tregua.