ARTUR MAS "EL INSISTENTE".

Mas intenta una reunión con Rajoy antes de las vacaciones

Rajoy reiterará a Mas que la consulta es potestad de las Cortes
Rajoy reiterará a Mas que la consulta es potestad de las Cortes
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, no tiene intención de dejar la petición de diálogo al Gobierno para convocar la consulta soberanista en una mera carta de dos folios como la que envió el pasado viernes a Moncloa. Según ha podido saber LA RAZÓN, la Generalitat está moviendo hilos para que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantenga un encuentro discreto con Mas. En el Govern tienen prisa para que se produzca la reunión y fuentes del ejecutivo autonómico señalan que la petición es para antes de vacaciones, una situación complicada según la agenda de ambos políticos pero no imposible si hay voluntad por ambas partes.
El «caso Bárcenas» acapara el jueves la jornada de Rajoy con su comparecencia. Mas, por su parte, tendrá que explicar un día antes en comisión parlamentaria la financiación de Convergència a través del Palau de la Música que, según la investigación, asciende a seis millones. Ambos reúnen, además, a sus ejecutivos –Rajoy el viernes, y Mas hoy y el próximo martes con carácter extraordinario–, con lo que aún miran muy de reojo las vacaciones. Pero la situación de Cataluña obliga al president a un golpe de efecto en unos días cruciales para el desarrollo de la legislatura. Los independentistas preparan una cadena humana cuya intención es que recorra toda Cataluña para celebrar el aniversario de la manifestación del 11 de septiembre que precipitó las elecciones. Más allá del simbolismo de la fecha y las iniciativas independentistas que puedan surgir a su alrededor, la ERC de Oriol Junqueras aprieta a su socio para convocar la consulta. Ponerle fecha es más importante para esta formación que el previsible no del Gobierno. No avanzar en las próximas semanas en la convocatoria supone mucha presión para un gobierno que firmó con su socio convocar la consulta en 2014 a menos que se den circunstancias políticas, económicas y sociales que lo desaconsejen.
Por otra parte, la situación económica de Cataluña lleva a la Generalitat a tener que mover piezas en el tablero. Mas ha convocado una reunión de gobierno extraordinaria el martes 6 de agosto para analizar los acuerdos del Consejo de Política Fiscal y Financiera que se celebra este miércoles y del que está previsto que salga el objetivo de déficit para este año. El president rechazó ayer que sea del 1,5 o 1,7 por ciento como plantea el PP catalán porque estaría obligado a hacer «muchos recortes», pero en juego están los presupuestos de Cataluña, la única autonomía que no ha presentado sus cuentas cuando empieza a ser momento de plantearse las del año próximo. «En función de lo que nos comuniquen, veremos si se puede hacer presupuesto o no, y si no se puede hacer se mantendrá la prórroga», aseguró ayer.
Rajoy y Mas se han reunido hasta en cuatro ocasiones en Moncloa en los dos últimos años con resultado desigual. En febrero de 2012 trataron la crisis y la agenda reformista. Dos meses después mantuvieron un encuentro de carácter privado en el que el déficit autonómico fue el tema estrella junto con los presupuestos y la economía. Posteriormente, el presidente de la Generalitat viajó a Madrid el 20 de septiembre con la manifestación independentista todavía flotando en el ambiente. Tras aquel encuentro –el primero en el que planteó a Rajoy la necesidad de una financiación similar al concierto vasco para Cataluña–, convocó elecciones. La tensión desde el inicio del proceso soberanista llevó a que la siguiente visita, en marzo de 2013, trascendiera días después de haberse producido, porque cada vez que se reúnen se analiza al milímetro cada gesto, como cuando coincidieron en enero en la inauguración del AVE a Gerona o el breve encuentro de apenas 20 minutos que mantuvieron en mayo en el marco del Salón del Automóvil.
La Generalitat apuesta por volver a jugar la baza de la discreción tras enviar una carta que la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, tilda de «trampa». Está por ver si la estrategia da resultados a la Generalitat. Como dato, el año pasado Mas también envió en agosto una carta al presidente del Gobierno de la que acabó saliendo el encuentro del 20 de septiembre.

Moncloa sólo aclara que no hay negociación posible
Las explicaciones de Moncloa sobre la respuesta que darán a la carta remitida por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, fueron escuetas y abiertas. Sólo precisaron que habrá respuesta, y que ésta se formalizará cuando lo permita la agenda del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, marcada esta semana por el funeral oficial por las víctimas del accidente de tren en Galicia y por el Pleno en el Congreso de los Diputados sobre el «caso Bárcenas». La reserva en lo que afecta a los contactos y la relación con Mas ha sido una constante en esta Legislatura, y, de hecho, la última entrevista privada que mantuvieron los dos se conoció días después de que se celebrase. En cualquier caso, se concrete como se concrete esa respuesta a la misiva remitida por Mas, las líneas generales sí están ya establecidas: Rajoy reiterará una vez más al presidente de la Generalitat que la autorización de ese referéndum no es una potestad del presidente del Gobierno sino de las Cortes y que, por tanto, debe seguir el procedimiento que marca la Constitución para plantearlo. También le reiterará que su obligación como jefe del Ejecutivo es garantizar que se cumple la Carta Magna y la legislación vigente. Rajoy no negociará ningún referéndum y mantendrá la política de recurrir todas las decisiones de la Generalitat dirigidas a dar contenido a su proyecto soberanista. Sí está dispuesto a dialogar y a negociar en materia económica.

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