EL RÍDICULO MÁS ABSOLUTO DEL SOCIALISMO FRANCÉS.
El socialismo francés busca los votos de la derecha para poder aplicar los recortes
La Asamblea trata hoy, aunque solo sea de manera consultiva, el proyecto de austeridad del presidente Hollande y el primer ministro Valls
La Asamblea Nacional francesa vivirá este martes un psicodrama esquizofrénico. Una parte de los diputados socialistas votarán contra el plan de austeridad del presidente François Hollande y su primer ministro, Manuel Valls, que tiene previsto consumar 50.000 millones de euros de recortes presupuestarios, en los dos próximos años.
Por el contrario, otro grupo de diputados de centro y derecha votarán a favor de ese plan, presentado como una última oportunidad para restaurar la confianza de Europa, tras una nueva petición del presidente Hollande, reclamando comprensión y nuevos plazos, para cumplir unos compromisos de Estado que Francia no ha cumplido nunca, desde el lanzamiento de la moneda única, el euro, entre 1999 y 2002.
Ocho de los 291 diputados socialistas se abstuvieron el 8 de este mismo mes de abril, cuando Manuel Valls pidió un voto de confianza. Tras el anuncio del plan gubernamental de austeridad y 50.000 millones de euros de recortes, el día 16, el PS y el grupo socialista se han dividido en varias capillas y familias enfrentadas.
La gran mayoría «tragará»
Tres diputados socialistas, liderados por Christian Paul, han anunciado que votarán contra los recortes. Karine Berges y otros miembros de la Comisión de finanzas han propuesto escenarios alternativos para dar su voto al proyecto gubernamental. Dominique Lefebvre, portavoz del grupo socialista en la Comisión de finanzas, lidera la oposición a esos escenarios, estimando que hay que votar el proyecto gubernamental, «sin más».
Michel Sapin, ministro de Finanzas, ha advertido a los diputados que coquetean con la disidencia que «cada cual debe asumir su responsabilidad, cuando se trabajan en un proyecto colectivo». Jean-Christophe Cambadélis, primer secretario del PS, organizó la noche del lunes una reunión del «bureau» político del PS, para negociar una posición común de todo el PS. Bruno Le Roux, presidente del grupo socialista en la Asamblea Nacional (AN), estima que Valls ha hecho concesiones. A su modo de ver, la gran mayoría de los diputados socialistas se tragarán este martes las «culebras» del plan de austeridad y los 50.000 millones de recortes.
Bruno Le Roux estima que «unos 30» de los 291 diputados socialistas se abstendrán o votarán contra el proyecto gubernamental. Menos oposición sería «un gran triunfo» para la pareja Valls-Hollande. Más oposición anunciaría el riesgo de deshilachamiento de un PS políticamente balcanizado.
El centro y las derechas viven un psicodrama de la misma naturaleza, aunque de otras proporciones.
Una parte significativa de los grupos centrista (29 diputados) y conservador (198 diputados) son partidarios de votar a favor de los recortes, por esta razón: la pareja Hollande-Valls ha asumido parte del programa del centro y la derecha. Ante tal evidencia, un número imprevisible de diputados rechazan la oposición sistemática, proponiendo apoyar con sus votos un plan de austeridad y recortes que todavía tendrá que afrontar nuevas e inflamables batallas políticas, cuando los proyectos de austeridad y recortes vayan materializándose en decretos y leyes que requerirán nuevos votos parlamentarios.
El voto de este martes, en la Asamblea Nacional, solo tiene una dimensión consultiva. El artículo 50-1 de la Constitución permite al Gobierno aprobar su proyecto, sea cual sea el voto parlamentario.
Tras el psicodrama, el Gobierno francés deberá someter a la Comisión europea su proyecto de austeridad y recortes.