EL PIB CRECERÁ EL 2,5 % EN 2015.
«Despegue definitivo»: el PIB crecerá el 2,5%
Del hundimiento y la desolación, a la esperanza y el crecimiento. Tras las turbulencias sufridas, la economía se encuentra de nuevo en la pista de despegue. España ha dejado de ser uno de los vagones de cola para convertirse en una de las locomotoras de Europa.
No sólo presume de la recuperación el Ejecutivo, sino que la reconocen los organismos internacionales y la avalan los datos macroeconómicos. «2015 será el año del despegue definitivo de la economía española», afirmó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su mensaje navideño.
Lejos de triunfalismos, y aunque el bolsillo del ciudadano tarde aún en sentir la mejoría, todos los pronósticos se revisan al alza. Si bien el Banco Central Europeo (BCE) rebajó sus previsiones para la eurozona hasta el 1% de crecimiento, la CEOE espera que España crezca un 2%, con un paro inferior al 22%.
Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Bangor University e investigador de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), muestra un diagnóstico más halagüeño. Estima un avance del PIB español cercano al 2,5%. Se trata de una tasa importante, ya que si España está creando empleo con crecimientos en torno al 1,5%, en 2015 podrá acelerar la reducción del paro hasta niveles inferiores al 20%.
Factores externos, como el precio de la energía, no han resultado favorables hasta la fecha. Sin embargo, el crudo pierde quilates, lo que disminuirá la elefantiásica factura energética española. La caída del petróleo en España puede ayudar a un avance del 1% del PIB. Asimismo, el FMI ha elevado el crecimiento mundial hasta el 0,7% en 2015 por el desplome del coste del crudo. No obstante, desde Citi esperan que el precio se asiente sobre los 80 dólares por barril.
Los expertos consultados por LA RAZÓN instan a que las reformas no caigan en saco roto. Carbó recomienda mantener el pulso «porque la autocomplacencia puede interrumpir y hundir el empuje de la recuperación». De igual modo, insiste en recobrar la estabilidad financiera y en el saneamiento del sector bancario como factores de mejora de la competitividad y posible apertura del grifo de crédito. Y es que las entidades españolas han sido de los alumnos más aplicados para superar las pruebas de solvencia a las que les sometió el BCE. «La confianza en los bancos españoles ha crecido de forma considerable. Ya hay síntomas de que 2015 puede ser el año de la recuperación del crédito. Eso sí, un flujo de financiación moderado, aunque importante para contribuir a la inversión productiva», añade.
Las pesadillas no se han convertido en cuentos de hadas, pero la recuperación ha dejado de ser ciencia ficción. La sustenta el gasto doméstico que, además de por la renta generada debido al menor coste en carburantes, se incrementará por la reforma fiscal. Carbó destaca que la sorpresa positiva viene por el lado del consumo. «La demanda nacional podría elevarse en 2015 hasta el 2,7%», apostilla.
Matías Lamas, responsable macroeconómico de Analistas Financieros Internacionales (Afi), piensa que esta recuperación «tiene unos mimbres más sólidos que en 2011». Sin embargo, el estancamiento de la UE frenará las exportaciones españolas, aunque el euro continúe depreciándose frente al dólar. En este sentido, si los inversores no lo ven claro, «puede haber tensiones financieras, lo que nos lleva a ser cautos», agrega Lamas.
No sólo presume de la recuperación el Ejecutivo, sino que la reconocen los organismos internacionales y la avalan los datos macroeconómicos. «2015 será el año del despegue definitivo de la economía española», afirmó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su mensaje navideño.
Lejos de triunfalismos, y aunque el bolsillo del ciudadano tarde aún en sentir la mejoría, todos los pronósticos se revisan al alza. Si bien el Banco Central Europeo (BCE) rebajó sus previsiones para la eurozona hasta el 1% de crecimiento, la CEOE espera que España crezca un 2%, con un paro inferior al 22%.
Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Bangor University e investigador de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), muestra un diagnóstico más halagüeño. Estima un avance del PIB español cercano al 2,5%. Se trata de una tasa importante, ya que si España está creando empleo con crecimientos en torno al 1,5%, en 2015 podrá acelerar la reducción del paro hasta niveles inferiores al 20%.
Factores externos, como el precio de la energía, no han resultado favorables hasta la fecha. Sin embargo, el crudo pierde quilates, lo que disminuirá la elefantiásica factura energética española. La caída del petróleo en España puede ayudar a un avance del 1% del PIB. Asimismo, el FMI ha elevado el crecimiento mundial hasta el 0,7% en 2015 por el desplome del coste del crudo. No obstante, desde Citi esperan que el precio se asiente sobre los 80 dólares por barril.
Los expertos consultados por LA RAZÓN instan a que las reformas no caigan en saco roto. Carbó recomienda mantener el pulso «porque la autocomplacencia puede interrumpir y hundir el empuje de la recuperación». De igual modo, insiste en recobrar la estabilidad financiera y en el saneamiento del sector bancario como factores de mejora de la competitividad y posible apertura del grifo de crédito. Y es que las entidades españolas han sido de los alumnos más aplicados para superar las pruebas de solvencia a las que les sometió el BCE. «La confianza en los bancos españoles ha crecido de forma considerable. Ya hay síntomas de que 2015 puede ser el año de la recuperación del crédito. Eso sí, un flujo de financiación moderado, aunque importante para contribuir a la inversión productiva», añade.
Las pesadillas no se han convertido en cuentos de hadas, pero la recuperación ha dejado de ser ciencia ficción. La sustenta el gasto doméstico que, además de por la renta generada debido al menor coste en carburantes, se incrementará por la reforma fiscal. Carbó destaca que la sorpresa positiva viene por el lado del consumo. «La demanda nacional podría elevarse en 2015 hasta el 2,7%», apostilla.
Matías Lamas, responsable macroeconómico de Analistas Financieros Internacionales (Afi), piensa que esta recuperación «tiene unos mimbres más sólidos que en 2011». Sin embargo, el estancamiento de la UE frenará las exportaciones españolas, aunque el euro continúe depreciándose frente al dólar. En este sentido, si los inversores no lo ven claro, «puede haber tensiones financieras, lo que nos lleva a ser cautos», agrega Lamas.
Las próximas elecciones pueden dar alas a populismos que representan una amenaza para la prosperidad. Por otra parte, el desafío independentista catalán y otros riesgos geopolíticos, como las tensiones en Grecia o Rusia, siembran de incertidumbres las perspectivas para 2015.