UGT Y CC.OO SIGUEN HACIENDO EL RIDÍCULO EN ANDALUCÍA.
UGT y CC.OO. pierden las elecciones de los empleados públicos de la Junta.
El sindicato CSIF aumenta su ventaja en Andalucía sobre las dos organizaciones mayoritarias
Los escándalos protagonizados por UGT y CC.OO. en Andalucía (ERE falsos, subvenciones fraudulentas, cursos de formación, etc...) siguen pasándoles factura a estos dos sindicatos mayoritarios. Además de perder 350.000 afiliados desde que ABC desveló el caso de los ERE falsos, ambas organizaciones han sufrido un importante revés en las elecciones sindicales que se han celebrado entre los trabajadores públicos de la Junta de Andalucía. Cuando sólo faltan por celebrarse las elecciones en el sector de la justicia en esta comunidad, previstas para el próximo 18 de junio, CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) suma ya 349 delegados, frente a los 216 de CC.OO. y los 180 de UGT.
Asimismo, estos dos sindicatos mayoritarios han sufrido una auténtica debacle en el sector de la enseñanza y en la mesa de funcionarios, ya que al obtener menos del 10% del total de los votos se han quedado fuera de ambas mesas. Con el voto de más de 200.000 empleados públicos (aproximadamente 95.000 de enseñanza, 88.000 de sanidad y 20.000 de la administración general de la Junta), CSIF representa ya el 46,85% de los delegados que conforman la mesa general de negociación común del empleado público, consolidando su liderazgo tras el declive que experimentan CC.OO. y UGT desde 2010. Estos tienen el 29% y el 24%, respectivamente.
En la enseñanza, UGT se ha quedado fuera de la mesa al obtener tan sólo 35 delegados (el 9,83% de los votos), 11 menos que en las anteriores elecciones de 2011. CC.OO. también ha perdido 11 representantes, al pasar de 65 a 54. Por su parte, CSIF ha ganado cuatro, de 91 a 95.
En la sanidad andaluza los datos son aún más elocuentes. UGT ha sacado 122 delegados, cuando en 2011 obtuvo 150; CC.OO. ha perdido seis y ha tenido 144 representantes. Sin embargo, CSIF ha ganado 15, hasta los 196.
En cuanto a la representatividad de la mesa de funcionarios en la Junta, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios ha arrasado a los dos sindicatos mayoritarios al conseguir un 23,7%, frente al 7,63% de UGT y el 5,08% de CC.OO. En esta mesa, ambas organizaciones de clase se quedan por primera vez fuera de la misma al quedarse por debajo del 10%.
Caídas en el sector privado
Los escándalos de CC.OO. y de UGT han provocado también un descenso del número de delegados en el sector privado. Incluso, ha facilitado que sindicatos como CSIF, tradicionalmente conocido por su liderazgo en el sector público, estén ganando posiciones en un terreno muy hostil, como son las empresas privadas.
Así, este sindicato ha sido el más votado en el grupo Cuétara, aunque era la primera vez que se presentaba; también fue el más votado en Adif Alta Velocidad, por delante de CC.OO. UGT y CGT; es mayoritario en los comités de empresa de Isdefe (NASA en España) en los centros de Madrid y Robledo de Chavela; ha sacado seis de los 13 delegados en Atresmedia; ha entrado por primera vez en Heineken, con cuatro delegados, y ha estrenado representación en Coca-Cola; ha obtenido nueve de los doce delegados de la multinacional de cosméticos Estèe Lauder; ha sacado 29 de los 35 delegados de Talgo España; suma tres delegados en la fábrica de Flex en Madrid por uno de UGT; es ya la segunda fuerza sindical en Michelin, con 23 delegados y tres miembros del comité intercentros; y ha sacado mayoría absoluta en los comités de empresa de Nestlé en Barcelona y en Santander.
Sin embargo, el crecimiento que están experimentando CSIF y otros sindicatos minoritarios en el sector privado todavía queda muy lejos de los números que registran CC.OO. y UGT, organizaciones que siguen liderando, con gran ventaja, las elecciones que se están celebrando desde 2014.
El presidente de CSIF, Miguel Borra, se muestra satisfecho de los resultados que está obteniendo su sindicato en el sector privado «pese a la diferencia de recursos respecto a los sindicatos mayoritarios, la falta de información sobre procesos electorales y la imposibilidad legal de preavisar en las empresas en las que no están representados».
Desde el punto de vista de la participación, CSIF considera que el actual sistema de representación sindical «no refleja la pluralidad de la sociedad española y traslada al ámbito de las relaciones laborales el bipartidismo imperante en el terreno de la política y que, como este, también se encuentra en crisis». Por eso, este sindicato pide un cambio legislativo -la ley orgánica de libertad sindical es de 1985- que «favorezca la presencia y la participación de un mayor número de organizaciones sindicales y, por tanto, dar cabida a la pluralidad de opciones que existen en la sociedad española. Las actuales leyes se han quedado desfasadas, favorecen la discriminación de otras fuerzas sindicales y los ciudadanos españoles están demandando un cambio».
Borra pone como ejemplo que el control de la representación sindical «deja mucho que desear». Cuando una empresa desaparece y se da de baja en la Seguridad Social, no se produce automáticamente la baja de los delegados elegidos en dicha empresa.