MANOS LIMPIAS, NO TAN LIMPIAS.

El fiscal considera a Ausbanc y Manos Limpias grupos criminales
La Policía detiene a la cúpula de ambas entidades por extorsionar a bancos

La Audiencia Nacional investiga si los dirigentes del sindicato Manos Limpias y la asociación Ausbanc conformaron una organización criminal que coaccionaba a entidades financieras para enriquecer sus propios bolsillos.
Los investigadores han acumulado suficientes indicios de que ambas organizaciones (supuestas defensoras de los derechos de los ciudadanos) exigían importantes cantidades de dinero a cambio de retirar acciones penales y anular así investigaciones, como ya adelantó ABC el pasado martes. Se enriquecían mediante la extorsión a entidades financieras o personas vinculadas con las mismas, según informó la Fiscalía de la Audiencia Nacional en una nota informativa.
Por estos hechos, entre otras prácticas sospechosas, la Policía Nacional detuvio ayer a once responsables de ambas organizaciones, entre ellos al secretario general de Manos Limpias Miguel Bernad y al presidente de Ausbanc, Luis Pineda. Este fue arrestado tras bajarse del tren, pasadas las once y cuarto de la mañana, llegado de Sevilla.
Los demás detenidos son altos cargos de Manos Limpias y varios miembros de la junta directiva de Ausbanc, acusados de coaccionar a entidades financieras (hay al menos una decena de denuncias presentadas) en busca de acuerdos económicos inflados y camuflados bajo falsos convenios publicitarios. La investigación de la Brigada Central de Delincuencia Económica y Fiscal ha puesto al descubierto que Ausbanc «no era una asociación sin ánimo de lucro», sino que su único objetivo era llenar los bolsillos y cuentas corrientes de sus dirigentes utilizando como tapadera la supuesta protección de indefensos consumidores de banca. Las averiguaciones desvelan así la misteriosa financiación de Manos Limpias, personada en decenas de causas judiciales: el dinero procedía de Ausbanc, la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios, fundada en 1986. El sindicato era su brazo ejecutor contra bancos y entidades.

Cinco supuestos delitos

La Fiscalía de la Audiencia Nacional considera que estos hechos podrían constituir los delitos de extorsión, organización criminal, fraude en las subvenciones, estafa y administración desleal, y nodescarta incorporar en el futuro el de blanqueo de capitales, según informaron fuentes de la investigación, que está bajo secreto. La investigación se inició el 24 de febrero de 2015.
Los métodos con los que Ausbanc financiaba a Manos Limpias son varios, según han destapado las pesquisas: acuerdos publicitarios con entidades mediante coacciones para vender una buena imagen de la entidad; cobros a cambio de retirar demandas y archivarlas; subvenciones indebidas como supuesta asociación sin ánimo de lucro e incluso venta de informes de quejas y reclamaciones de los consumidores. Las supuestas ONG mantenían un flujo constante de fondos con empresas vinculadas a sus responsables, aparentando compraventa de servicios que o no se realizaban o se hacían en condiciones poco ventajosas para la asociación y para los clientes. El objetivo era simular una actividad comercial para cuadrar balances.
Con la información y los datos que Ausbanc tenía de los usuarios de banca y con las reclamaciones que interponían en su nombre extorsionaban a responsables de las entidades bancarias. Los gestores detenidos habían creado distintas sociedades para ocultar el capital logrado con estas prácticas. Según fuentes de la investigación, estaban intentando cobrar algunos de esos pagos en el extranjero para evitar ser descubiertos.

Demandas para presionar

Bajo el lema de esta asociación de usuarios «Lucha por tu dinero», sus responsables se ponían en contacto con determinadas entidades en busca de financiación, que enmascaraban con convenios publicitarios para campañas favorables para esos bancos en los medios de Ausbanc: Mercado de Dinero, la revista Ausbanc y Justicia y Derecho. Este era el primer paso.
Para reforzar esa posición, se ofrecía también rebajar las pretensiones de sus asociados ante determinadas demandas, e incluso archivarlas despreciando el perjuicio que pudiera acarrear a sus clientes, que pagan cuotas mensuales (15 euros los particulares y 35 las empresas) más 72 euros de inscripción, además de otros pagos.
El segundo paso en esa presión llegaba con Manos Limpias. Según los investigadores, Ausbanc lo utilizaba para ejercer la acusación popular. «Así, se presionaba a la entidad con la personación como parte de este sindicato en determinadas causas para, posteriormente, negociar su retirada si se obtenían los acuerdos económicos». Si el coaccionado accedía a pagar «importantes cantidades», según la Fiscalía, se retiraba la acusación y tan amigos. Estas actividades se realizaban «de forma organizada y prolongada en el tiempo», dice la Fiscalía.


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